Chilena Mónica González realza huella de Gabo en el auge del periodismo de Latinoamérica
Está dedicada a la investigación periodística desde hace más de cuatro décadas.
La periodista chilena Mónica González reivindicó la contribución del escritor colombiano Gabriel García Márquez, fallecido en 2014, al auge del buen periodismo en Latinoamérica, que tiene ahora la misión de combatir las noticias falsas y la corrupción.
"No es tiempo de 'Superman' ni de la 'Mujer Maravilla', es un tiempo de trabajo en equipo y de colaboración, y se está armando aquí una red de periodistas, que es la 'mafia de los buenos'. En eso la huella de García Márquez ha sido clave, no era ingenuo, era un hombre muy inteligente que nos enseñó el poder de hacer buen periodismo", señala la periodista en una entrevista con Efe.
Mónica González, de 69 años, recibió la semana pasada el Premio Nacional de Periodismo de Chile, un galardón que se suma a una larga lista de distinciones, incluido el Premio María Moors Cabot que otorga la Universidad de Columbia (EE.UU.).
Dedicada a la investigación periodística desde hace más de cuatro décadas, sus libros y reportajes relataron los atropellos de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), documentaron la recuperación de la democracia y destaparon grandes escándalos de corrupción.
Durante el régimen de Pinochet, González estuvo cuatro años exiliada en Francia, fue encarcelada en dos ocasiones y vivió el asesinato de varios colegas a manos de agentes de la dictadura.
Por su trayectoria y prestigio, era difícil comprender por qué no había recibido aún el Premio Nacional de Periodismo, un desconcierto que compartían las más de 18.000 personas que respaldaron su postulación en una plataforma de internet, algo inédito en ese galardón que se entrega cada año.
"Creo que la gente valora hoy día a los periodistas que nos metemos en la profundidad del lodo, que entramos a picar donde hay mal olor, mierda. Y eso es una novedad y me alegra porque estamos en un momento muy crítico del periodismo y la democracia", comenta González.
En su opinión, las noticias falsas y la corrupción amenazan las democracias del mundo, por lo que el periodismo independiente y de calidad, el que fiscaliza el poder, es más necesario que nunca.
"Los periodistas tenemos que meter nuestro ojo fiscalizador y mostrar a los ciudadanos que ahí hay corrupción. Qué, quién, qué hizo, porque la corrupción mata y la impunidad mata tres veces porque mata el alma del país", señala.
En Chile, buena parte de esa tarea la ha llevado a cabo durante los últimos años el Centro de Investigación Periodística (Ciper), un medio que González fundó en 2007 y dirigió hasta hace algunos meses.
Ciper fue un proyecto inédito en el país que quiso "cambiar totalmente los métodos de reporteo y el foco" del escaso periodismo de investigación que se hacía en Chile.
Pese a las dificultades para obtener financiación, Ciper ha destapado casos de abusos sexuales en la Iglesia católica, corruptelas de políticos y empresarios, el millonario negocio de las universidades y otros escándalos que han marcado la agenda del país.
González explica que en la irrupción de Ciper resultó fundamental la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI), donde pudo tomar contacto y compartir experiencias con otros periodistas de la región.
La periodista chilena, que integra el Consejo Rector y es maestra de la FNPI, recuerda que conoció a García Márquez en 2006, cuando el nobel de Literatura colombiano le entregó un premio.
Después participó en los debates que se realizaban en el seno de la FNPI para dirimir los ganadores de los premios que otorga la fundación, clases magistrales de periodismo de las que guarda un recuerdo imborrable.
"Se hacía una gran reunión a puerta cerrada y él se hacía chiquitito, para escuchar, porque quería tomarle el pulso a lo que pasaba en cada país de América Latina", recuerda la periodista.
"Salía la verdad desnuda, las debilidades, las fortalezas, los errores de cada uno. Esas cocinas periodísticas eran una inyección a la vena de periodismo puro y los comentarios de García Márquez nunca eran desde la altura, no pontificaba", añade.
Esa "mafia de los buenos" que ha surgido al alero de la FNPI, con proyectos digitales de periodismo de investigación en varios países de América Latina, llena de optimismo a González y sus perspectivas sobre el futuro de la profesión.
"Somos un buen batallón y eso indica que estamos en mejores condiciones para enfrentar la industria de las noticias falsas, la defensa del buen periodismo y la ética", concluye.
EFE